Cuando hay una pedida de mano, una boda, todo es alegría, emoción y mucho amor… pero llegar al odio es fácil y más cuando hay cosas de valor de por medio. Prueba de ello ha sido el caso de una pareja de Massachusetts, EEUU, que acabó en los juzgados por culpa de su anillo de compromiso.
El futuro matrimonio finalizó
su relación antes de darse el ‘sí, quiero’, pero el problema no era simplemente
separarse, sino saber quién se quedaría con el anillo de compromiso, valorado
en 70.000 dólares. Así, tras no llegar a un acuerdo, los dos interesados
acabaron en la Corte Suprema.
Bruce Johnson y Caroline Settino, la pareja, se conoció en 2016, desde entonces no se había separado. Durante sus años juntos, la pareja realizó todo tipo de viajes y Johnson no dudó en pagarlos en su totalidad, así como los diferentes regalos que le hacía a su pareja. De hecho, él fue quien compró tanto el anillo de compromiso como las alianzas. Finalmente el hombre decidió romper con la relación entre otros motivos por la infidelidad de ella.
En un primer momento, una
jueza aseguró que tendría que ser ella por haber sido un regalo, pero Johnson
acabó apelando para evitarlo. Así, finalmente, a sorpresa de todos, la corte
dictaminó que debía de ser devuelto a la persona que lo regaló. Una resolución
de lo más llamativa, ya que ponía fin a la regla estatal que llevaba más de 60
años asegurando que dependía de la persona culpable de la ruptura.
«Ahora nos unimos a la
tendencia moderna adoptada por la mayoría de jurisdicciones que han considerado
el asunto y retiramos el concepto de culpa en este contexto. En casos como este
en el que la boda no se lleva a cabo y el compromiso termina, el anillo de
compromiso debe ser devuelto a persona que lo ha regalado, independientemente
de quién tuvo la culpa», dictaminó el juez.