Solo este año han registrado más de 1.100 objetos de todo tipo, porque todo lo que llega aquí, pasa por un registro para dejar constancia de dónde y cuándo se encontró.
Antonio Malvido es el responsable de guardar y listar todo lo que encuentran y dicen que lo más común son gafas, móviles o llaves.
Pero este almacén guarda también curiosidades perdidas y que no han sido reclamadas, un dron, una guitarra eléctrica con su funda, una espada, y hasta un datáfono, de los que se utilizan en las tiendas para el pago con tarjeta.
Antonio que explica que en el caso de los teléfonos móviles, es más fácil saber si quien viene a recuperarlo es su propietario real “porque ponen el pin o la huella”. En otros casos, toca tirar del sutil interrogatorio sobre las características del objeto, detalles o fotos si las tienen.
Lo más valioso un reloj marca Rolex valorado en más de 20.000 euros. La ley obliga a almacenar todos estos objetos perdidos durante dos años, y en caso de que no se reclamen, algunos objetos quedan en manos del ayuntamiento y otros salen a subasta, en busca de una nueva vida.
Otro detalle que muchos
ciudadanos no conocen es que según el Código Civil, quien encuentra un objeto
perdido, puede ejercer el derecho a quedarse con él, en caso de que no aparezca
su dueño. El Código Civil, en su artículo 615, establece que transcurridos dos
años desde la segunda publicación del hallazgo del bien sin haberse presentado
el propietario, dicha persona “se adjudicará la cosa encontrada”. Esta opción
suele cumplirse en el caso de las joyas o el dinero en efectivo, pero en la
mayoría de los casos, las personas renuncian a este derecho.