Hoy volvemos a hablar del curioso caso chino de las uñas dentro del mundo de la medicina. En China, los recortes de uñas humanas pasaron de ser desechos a cotizar en el mercado. Según la medicina tradicional, las uñas ayudan a tratar desde la distensión abdominal infantil hasta la amigdalitis. Lo curioso es que nadie parece cuestionar la idea de vender lo que crece al final de los dedos.
Y es que las empresas que fabrican medicina tradicional compran uñas por kilo, los lavan, los secan, los muelen y los mezclan con otros ingredientes. Todo muy natural.
El problema es la escasez. Una persona produce apenas 100 gramos de uñas por año. Eso convierte a este negocio en un verdadero desafío logístico: hacen falta muchas manos (literalmente) para mantener la oferta estable. La demanda, en cambio, crece con entusiasmo. Sara Delgado nos ha confirmado que solo quieren las de las manos…las de los pies no valen porque no pasan el control de calidad.


