Más de 300 personas se pusieron disfraces inflables de dinosaurios y salieron a la pista de Emerald Downs, en Washington (EEUU), para las carreras anuales del Campeonato Mundial de T-Rex.

Andrew Stuber, de Houston, fue coronado como el mejor tiranosaurio en la competición. En esta edición, el campeonato también incluyó una prueba aérea: tres personas disfrazadas de T-Rex saltaron con paracaídas desde un avión al hipódromo, antes de correr hacia la línea de meta.